Buscábamos un lugar tranquilo donde poder desconectar y encontramos casa Mariona. Darte un chapuzón en la piscina sea de día o de noche, haga frío o calor es una delicia. Estirarte en la hamaca para escuchar el silencio leyendo un libro. Jugar al billar o al pin pon, o darte una vuelta por la playa. Ver la puestas de sol desde el mirador la Miranda es genial.
La casa tiene todo lo que tienes en tú casa, no falta nada. Y Maria y Judith son unas anfitrionas estupendas y atentas. Nos llevamos muy buenos momentos de risas y distracción. Sin duda volveremos. Si buscas tranquilidad es el lugar perfecto, y si quieres distracción para tus hijos es el sitio ideal..
Maria y Judith gracias por ser como sois, no cambiéis nunca.